Como terapeuta del lenguaje por muchos años he podido constatar que la forma en que la madre se comunique y estimule a su bebé durante los dos primeros años de vida (los años siguientes son también importantes), es clave para el desarrollo del lenguaje de su hijo o hija.
Cada cultura define algunas formas en que los padres interactúan con sus hijos lactantes y otorgan un énfasis diferente al padre que a la madre siendo esta última la encargada "oficial" de atender las necesidades infantiles.
La comunicación entre la madre y su bebé inicia desde antes de nacer pues el sentido de la audición ya tiene efecto en el feto durante las últimas semanas de embarazo.
Posteriormente, al momento de nacer y en los primeros meses de vida, surge entre madre e hijo/a una comunicación visual y sensorial sin precedentes. La sola mirada entre madre e hijo despierta un torrente de estímulos para ambas partes; y la fuerza de la conversación de la madre hacia su pequeño hijo es ilimitada.
Quiero compartir hoy este interesante artículo que leí hoy y que merece mucho la pena que ustedes lo lean...
"La edad a la que los niños empiezan hablar es muy variable. Los más precoces emiten sus primeras palabras antes de los doce meses, mientras que los más rezagados se toman otro año adicional para decidirse a hablar. Estos últimos pueden después ponerse al día en pocos meses o arrastrar su retraso durante años. Un estudio de la Universidad de Stanford parece indicar que el tiempo que los padres (o cuidadores) dedican a hablar con los más pequeños podría marcar la diferencia.
Al parecer, los bebés que escuchan más conversaciones dirigidas a ellos directamente desarrollan una mayor eficiencia en el procesamiento del lenguaje y aprenden nuevas palabras con mayor rapidez. Los resultados del estudio indican que hablar directamente al niño es lo que produce ese ventaja en la adquisición del lenguaje, y que las conversaciones que oye por casualidad (frente a la tele, por ejemplo) no son tan eficaces.
Estas diferencias en las conversaciones mantenidas con los hijos y la habilidad con el lenguaje que muestran son especialmente patentes en los niños de familias con menos recursos económicos y menor nivel educativo de los padres, según la Anne Fernald, profesora de psicología en la Universidad de Stanford. Y son ya evidentes al año y medio de vida en niños de lengua inglesa y española. Y a los 5 años, cuando comienza la escolarización, los pequeños que proceden de familias con nivel socioeconómico más bajo arrastran ese retraso, que ya para entonces ya es de dos años, como demuestran las pruebas estandarizadas de desarrollo del lenguaje. Y ese déficit en el lenguaje al empezar la escuela dificulta el aprendizaje y está detrás también del fracaso escolar. Y todo parece relacionarse con la cantidad de conversaciones que los padres mantienen con los bebés.
Para animar a los progenitores a hablar más con sus retoños, aunque ellos aún no sean capaces de articular ninguna palabra, el equipo de Anne Farnald ha puesto en marcha el programa “¡Habla conmigo!” dirigido a los padres de habla española del Este de San José (California), para que aprendan estrategias que les ayuden a potenciar el desarrollo temprano del cerebro de sus bebés y a interaccionar verbalmente con sus hijos.
A pesar de que sólo tienen datos de 32 familias hasta ahora, los resultados preliminares son prometedores. Las madres del programa habla conmigo se comunican más y utilizan un lenguaje de mayor calidad con sus bebés 18 meses en comparación con las madres en un grupo de control.
“Lo más emocionante”, explica Fernald, “es que a los 24 meses los hijos de las madres más comprometidas desarrollan un gran vocabulario y el procesamiento del habla se produce de manera más eficiente. Nuestro objetivo es ayudar a los padres a entender que desde la más temprana infancia están en disposición de influir decisivamente en las habilidades futuras de sus hijos a través de aspectos tan aparentemente sencillos, pero tan importantes, como la adquisición del lenguaje. Y todo se reduce a hablar más con ellos, algo que no siempre es fácil. De esas conversaciones mantenidas desde que están en la cuna dependerá en gran medida su éxito en la vida. Y es que, hablar con los pequeños es algo que importante de verdad"
Aunque los paradigmas sobre el desarrollo infantil cambian de acuerdo a las épocas, lo que no cambia es la imperante necesidad de los infantes de crecer y desarrollarse en un entorno de amor y estipulación, y esta idea aplica de forma especial cuando de hacer hablar a los niños se trata...
Al parecer, los bebés que escuchan más conversaciones dirigidas a ellos directamente desarrollan una mayor eficiencia en el procesamiento del lenguaje y aprenden nuevas palabras con mayor rapidez. Los resultados del estudio indican que hablar directamente al niño es lo que produce ese ventaja en la adquisición del lenguaje, y que las conversaciones que oye por casualidad (frente a la tele, por ejemplo) no son tan eficaces.
Estas diferencias en las conversaciones mantenidas con los hijos y la habilidad con el lenguaje que muestran son especialmente patentes en los niños de familias con menos recursos económicos y menor nivel educativo de los padres, según la Anne Fernald, profesora de psicología en la Universidad de Stanford. Y son ya evidentes al año y medio de vida en niños de lengua inglesa y española. Y a los 5 años, cuando comienza la escolarización, los pequeños que proceden de familias con nivel socioeconómico más bajo arrastran ese retraso, que ya para entonces ya es de dos años, como demuestran las pruebas estandarizadas de desarrollo del lenguaje. Y ese déficit en el lenguaje al empezar la escuela dificulta el aprendizaje y está detrás también del fracaso escolar. Y todo parece relacionarse con la cantidad de conversaciones que los padres mantienen con los bebés.
Para animar a los progenitores a hablar más con sus retoños, aunque ellos aún no sean capaces de articular ninguna palabra, el equipo de Anne Farnald ha puesto en marcha el programa “¡Habla conmigo!” dirigido a los padres de habla española del Este de San José (California), para que aprendan estrategias que les ayuden a potenciar el desarrollo temprano del cerebro de sus bebés y a interaccionar verbalmente con sus hijos.
A pesar de que sólo tienen datos de 32 familias hasta ahora, los resultados preliminares son prometedores. Las madres del programa habla conmigo se comunican más y utilizan un lenguaje de mayor calidad con sus bebés 18 meses en comparación con las madres en un grupo de control.
“Lo más emocionante”, explica Fernald, “es que a los 24 meses los hijos de las madres más comprometidas desarrollan un gran vocabulario y el procesamiento del habla se produce de manera más eficiente. Nuestro objetivo es ayudar a los padres a entender que desde la más temprana infancia están en disposición de influir decisivamente en las habilidades futuras de sus hijos a través de aspectos tan aparentemente sencillos, pero tan importantes, como la adquisición del lenguaje. Y todo se reduce a hablar más con ellos, algo que no siempre es fácil. De esas conversaciones mantenidas desde que están en la cuna dependerá en gran medida su éxito en la vida. Y es que, hablar con los pequeños es algo que importante de verdad"
Aunque los paradigmas sobre el desarrollo infantil cambian de acuerdo a las épocas, lo que no cambia es la imperante necesidad de los infantes de crecer y desarrollarse en un entorno de amor y estipulación, y esta idea aplica de forma especial cuando de hacer hablar a los niños se trata...
Referencia ABC España http://abcblogs.abc.es/cerebro/public/post/hablar-con-los-bebes-potencia-la-adquisicion-del-lenguaje-16134.asp/
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